Obtener la armonía facial en un rostro masculino es una causa de consulta cada vez mas frecuente. Son adultos contemporáneos, normalmente entre 35-55 años. Muchas veces no saben exactamente que necesitan para conseguirlo, recuerdan que desde siempre han tenido una desproporción facial leve o moderada (mucho o poco mentón, una cara larga o excesivamente redonda), y con el transcurso de los años el problema se ha hecho más pronunciado.
El profesor Mommaerts, el Dr. Blythe y yo publicamos el pasado año un artículo al respecto en la revista Plastic and Maxillofacial Aesthetics (PMFA) OECBM V describiendo esta situación.
¿Cuál es el procedimiento para recuperar (o establecer de novo) una armonía facial?
Pues todo comienza en la primera consulta, ya sea online o presencial. Una parte depende de las expectativas del paciente (que deben ser realistas), y otra depende de lo que nos revele el estudio fotográfico y cefalométrico.
Existe una importancia fundamental en el manejo del tercio inferior facial. El profesor Hermann Sailer ya describía este efecto en un congreso de la Sociedad Europea de Cirugía Maxilofacial en el 2006, acuñando el término de «power face» al relacionar el éxito profesional, social y sexual con el perfil armónico facial levemente biprotrusivo que adquirían hombres sometidos a cirugía para tratar la apnea obstructiva del sueño (problema respiratorio durante el sueño que suele responder muy bien a la cirugía ortofacial con avances de maxila, mandíbula y mentón).
La forma habitual de establecer la posición ideal del tercio inferior facial cuando se busca un rostro masculino armónico se inicia usando como referencia la línea vertical de González-Ulloa o Meridiano. Esta surge después de identificar el plano horizontal Frankfort con una intersección perpendicular a nivel del nasion ( la parte más cóncava que surge al unirse la nariz y la frente). Si el labio superior hace contacto con esta línea conformaría un perfil biométrico clásico. Si el labio queda detrás o delante establecería entonces un perfil retro o protruído respectivamente. Los cánones actuales de belleza presentan una tendencia hacia la protrusión leve o moderada de entre 6-12 mms. Mees et al en el 2013(1) (OECBM IV) hacen un interesante estudio que demuestra una clara aceptación del público en general al otorgar grados de belleza en distintos rostros con avances maxilo-mandibulares múltiples. Mejor lo vemos en la fotografía de perfil a continuación.
Estudio facial
Para el estudio de la armonía de un rostro de forma frontal les remito al post sobre asimetrías faciales publicado hace unas semanas. Solo recordamos que existe una tendencia progresiva a que la distancia entre los pómulos (zy-zy) y la distancia entre los ángulos de la mandíbula (Go-Go) vayan acercándose a la unidad 1:1. Esto quiere decir que el marco óseo en el hombre se hace más cuadrado y menos oval.
La descripción de el estudio cefalométrico escapa al propósito de este post, pero conviene comentar que el análisis se realiza en dos y tres dimensiones buscando una estabilidad oclusal y una sonrisa consonante enmarcadas en un rostro con armonía y simetría.
Para poder tener un resultado predecible hay que conocer como se comportan los tejidos blandos al hacer las modificaciones óseas. Con el paso de los años y después de miles de intervenciones analizadas, los softwares nos realizan mas o menos acertadas predicciones de como van a responder los tejidos blandos, orientándonos sobre los cambios que debemos hacer en el tejido óseo. Se hacen en 2D y en 3D. Antiguamente se hacían a mano, y había que tener una tabla para ir estimando el comportamiento de cada punto predicho (ahora se cometen menos errores).
Durante la planificación es importante mantener la armonía adecuada entre el segmento maxilar y el mandibular y las proporciones entre el tercio inferior y el resto del rostro, al igual que las repercusiones que éstos cambios producen en el ancho de la base nasal, la proyección de la punta de la nariz y en la exposición dental y encía al sonreír, que en algunos casos pueden modificarse de forma indeseada.
Procedimiento habitual:
El power-face generalmente consiste en reposicionar la mandíbula y la maxila hacia adelante, expandiendo los tejidos y luego valorar si hace falta ajustar el mentón, los ángulos de la mandíbula y los pómulos. Cuando hay maxilares estrechos lo recomendable es expandirlos unos meses antes de la cirugía o en algunos casos en el mismo tiempo quirúrgico.
La búsqueda de la armonía y belleza facial ha ido cambiando en el último siglo, con una mayor tendencia y globalización del canon occidental, probablemente producto de la influencia internacional del cine y la moda. Los principios para un rostro atractivo inequívocamente se basan en la simetría, la búsqueda de las proporciones adecuadas, la expansión y la convexidad. Modificar la estructura ósea para que luego el tejido blando abrace el marco óseo de una forma natural es la mejor manera de conseguir el resultado perfecto para cada rostro.
Referencias
- Mees, Steven, Raúl Jiménez Bellinga, Maurice Y. Mommaerts.
Preferences of AP position of the straight Caucasian facial profileJ Craniomaxillofac Surg, 2013, Vol 41:8 , 755 – 763