Si tenemos una mala oclusión por un mal estado dental o por la falta de piezas dentarias, tendremos una mala distribución de las cargas al masticar, generando inestabilidad y será cuestión de tiempo hasta que aparezcan las molestias. Si el problema está en la articulación temporomandibular, suele deberse a alteraciones en la posición y estado del menisco o en la forma de los cóndilos.
El otro factor a tener en cuenta son los músculos de la masticación que pueden estar ejerciendo excesiva fuerza o movimientos incorrectos que producen además de molestias en la articulación temporomandibular, desgaste y deterioro dental (rechinamiento o bruxismo).
Lo habitual es hacer una escalera terapéutica, significa que vamos de menos a más, y dependiendo del estado de la articulación temporomandibular y sus requerimientos específicos, se va avanzando en los siguientes pasos:
Analgésicos, relajantes musculares y dieta blanda durante un par de semanas, y educación específica sobre los hábitos de vida que son saludables para esta patología.
Férula dental de descarga o miorelajante: El doctor Joel Joshi Otero para asegurarse que la férula se hace adecuadamente, realiza habitualmente él mismo el registro de tus impresiones dentales y de la posición ideal de los dientes para luego hacer la férula de descarga. Generalmente se hace en acrílico (es un material fuerte y duradero) transparente o del color de tu preferencia (si deseas también le ponemos tus iniciales o el logo que más te guste) y va generalmente fijada en la arcada dental superior, tiene un grosor de 2-3 mms, con una superficie oclusal lisa.
Fisioterapia: ejercicios, ultrasonido, calor local y ejercicios para fortalecer los músculos involucrados con la articulación.
Inyección de toxina botulínica en los músculos para disminuir las fuerzas masticatorias de forma temporal.
Y dependiendo del estado de la articulación:
Artrocentesis: es una técnica mínimamente invasiva que consiste en introducir dos cánulas en la articulación para realizar el lavado de la misma. Dependiendo del caso se suele infiltrar ácido hialurónico, plasma rico en plaquetas (PRP) o células madre para acelerar el proceso de recuperación. (conoce más sobre cada una de las infiltraciones en este artículo)
El plasma rico en plaquetas o PRP es un producto que se extrae de tu propia sangre (autólogo) que tiene propiedades antiinflamatorias, analgésicas y regenerativas. Mediante este procedimiento se consigue concentrar hasta 8 veces la cantidad normal de plaquetas favoreciendo la recuperación del cartílago.
Las células madre (stem cells) son células que tienen la capacidad de reproducirse por sí mismas o formar distintos tejidos dependiendo de las necesidades y el medio en el que estén. Normalmente las obtenemos de la médula ósea o de la grasa corporal usando un protocolo que permite con una enzima separarlas del resto del tejido y aislarlas en un pequeño volumen para aumentar su concentración. Luego se introducen en la articulación.
Artroscopia: en este caso se introduce una cámara en la articulación y bajo visualización directa se pueden realizar varios procedimientos, como eliminación de bridas (adherencias), sutura de desgarros, o incluso reposicionamiento del menisco.
Cirugía abierta de la ATM: En casos donde el deterioro de la articulación es severo y las molestias no mejoran con el tratamiento comentado hasta ahora, se realiza la artroplastia de la articulación, bien mediante reposicionamiento del menisco (discopexia), un injerto autólogo en la articulación (como el cartílago costal) o bien mediante una prótesis total de la articulación.
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